miércoles, 31 de agosto de 2011

Amanecer Peculiar, Una Imagen de Fin de Mes

El pasado 28, a esa hora dominical en que la ciudad y sus inquilinos aún dormitan, pude ver desde mi ventana un amanecer peculiar. Los edificios de enfrente aparecían como cordilleras o sierras y tras ellos comenzó a surgir un sol especial y colorido que se fue alzando hasta convertirse en un punto diminuto en el cielo. 




El domingo anterior a este habia recorrido las calles de la ciudad en busca de vestigios de la Córdoba Romana, de Corduba, convencida de que no encontraría nada mejor, más interesante y agradable que hacer en una mañana de domingo. Pero esta ciudad guarda sorpresas; incluso en un mes como agosto en que tiene su población mermada puede sorprenderte con actividades atrayentes y poco frecuentes. Y así estaban mis ojos, sorprendidos y algo estupefactos por la proximidad de lo que miraban.

Desde mi ventana lo contemplé, ese amanecer peculiar. Estaba tan cerca... daba la impresión de que si alargabas un poco el brazo podrías rozarlo con las yemas de los dedos, acariciarlo o incluso atraparlo... Nunca había estado tan cerca del sol, de un sol... Cogí mi cámara de fotos, salí a la terraza y disparé unas cuantas instantáneas. Pero habría preferido no hacerlo. No quería estar en la ventana ni en la terraza haciendo fotografías. No quería estar allí. Pero lo estaba, petrificada o paralizada, viendo cómo se alejaba el sol, sin poder hacer nada, tan sólo mirar esa infrecuente amanecida. 

Sin lugar a dudas, de haber conocido el puerto de anclaje o el andén de parada de ese sol, habría ido aun siendo noche cerrada en su busca, para trepar a esa canasta de trenzado y fuerte mimbre que me elevara hacia el cielo desde el que descubrir, ahora sí, todas las Córdobas posibles y sus horizontes.



martes, 30 de agosto de 2011

Fito y Fitipaldis, La Casa Por El Tejado

Fito y los Fitipaldis, sin desperdicio, como siempre. En este tema, una vez más, ritmazo e inteligente y genial letra. Deberíamos aprender algunas de sus propuestas. Además de aprender  ...a empezar la casa por el tejado..., también:

...a coger el cielo con las manos...

...a coser mi alma rota...

...a perder el miedo a quedar como un idiota...




Y a tener cuidado con otras:

...después de mucho tiempo aprendí que hay cosas que es mejor no aprender...

...ya no sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo...

domingo, 28 de agosto de 2011

Ensayo Sobre La Lucidez de Saramago y Los Ciudadanos Indignados

Hoy, día en que Democracia Real Ya, Los indignados del 15 M, han convocado concentraciones, asambleas, manifestaciones ciudadanas en las calles de un buen número de ciudades para protestar contra esa reforma de la Constitución (Constitución hasta ahora intocable) que de prisa y corriendo, y con premeditación, nocturnidad y alevosía, y sin que haya un referéndum, quieren hacer a toda costa unos políticos (gobierno, su partido y la mayoritaria oposición) que atufan como nunca a mercados y a neoliberalismo, hoy, 28 de agosto de 2011, día en que el ochenta por ciento de los ciudadanos debiéramos salir a la calle, y pocos meses antes de unas elecciones generales adelantadas, hoy, decía, he recordado un libro que leí hace unos años. He ido a mi librería y lo he sacado de los estantes. No tiene polvo; además de que procuro mantener los libros de este autor desempolvados, por sí solos ellos son antitelarañas. Sí, la obra de Saramago es antitelarañas, las que el autor intenta quitar de los ojos de sus lectores. Y el libro concreto al que me refiero, Ensayo sobre la lucidez, publicado en el 2004 y que leí por entonces, es sin duda un libro que varios años después podría estar en todas las mesillas de noche de los indignados demócratas de este país y de todos los países del planeta. 

Creo que Ensayo sobre la lucidez  es una novela de lectura obligada en los tiempos que corren. ¿Qué sucedería si pusiéramos en práctica, por ejemplo en esas elecciones que tenemos a  la vuelta de la esquina,  lo que el autor propone con esa lucidez (y valga la redundancia) que lo caracteriza?

Para quien pueda estar leyendo esto y no haya leído el libro, no voy a descubrir en qué consiste esa actuación de la ciudadanía que el autor imagina en su novela, y sólo para ir abriendo boca e incitar a su lectura, reproduzco el texto que aparece en la contraportada del libro:

"Aullemos, dijo el perro."
LIBRO DE LAS VOCES

Durante las elecciones municipales de una ciudad sin nombre, la mayoría de sus habitantes decide individualmente ejercer su derecho al voto de una manera inesperada. El gobierno teme que ese gesto revolucionario, capaz de socavar los cimientos de una democracia degenerada, sea producto de una conjura anarquista internacional o de grupos extremistas desconocidos. Las cloacas del poder se ponen en marcha: los culpables tienen que ser eliminados. Y si no se hallan, se inventan.
Los protagonistas de esta nueva novela de Saramago, un inspector de policía y la mujer que conservó la vista en la epidemia de luz blanca de Ensayo sobre la ceguera, dan muestras de la altura moral que los ciudadanos anónimos pueden alcanzar cuando deciden ejercer la libertad.
Saramago, un escritor que se ha convertido en la conciencia lúcida de una época cegada por los mecanismos del poder, lanza una llamada de alerta: «Puede suceder que un día tengamos que preguntarnos Quién ha firmado esto por mí». Ese día puede ser hoy.

viernes, 26 de agosto de 2011

Emocionarse

¿Por qué el ser humano es capaz de emocionarse?, y no me refiero a la capacidad de emoción  ante los grandes sentimientos como el amor, la amistad, o a la empatía con  situaciones injustas o con el sufrimiento de otros; no, no me refiero a esto, sino a la capacidad de emoción ante las pequeñas cosas, sencillas o no, en cualquier caso cosas que a priori no tienen un gran peso o  importancia en nuestras vidas (bueno, aunque el baremo de lo que pueda tener importancia o no en una vida es muy relativo…).

Lo que me pregunto es por la capacidad de emoción ante un paisaje, por ejemplo, ante una puesta de sol o un amanecer, y ante mil cosas más que podamos tener delante de nuestros sentidos. ¿Por qué alguien es capaz de sentir una emoción intensa, incluso notar cómo se le humedecen las pestañas o, más aún, cómo se le desbordan los ojos, y otros, en cambio, no? O a unos puede ocurrirles ante ciertas cosas y a los de más allá ante otras diferentes. A la que escribe, por ejemplo, le suele suceder con algunos paisajes naturales y ciertos paisajes urbanos. Pero he visto casos muy particulares, concretamente recuerdo la gran emoción y las lágrimas de una amiga ante…  mejor de eso hablo después.

El caso es que esta emoción se da, y aunque supongo que habrá numerosos profesionales poniendo nombre y apellidos al fenómeno, aunque habrá psicólogos, psiquiatras, neurólogos y muchos más ólogos intentando hallar la respuesta a esa humedad un poco tonta en  las pestañas o en las mejillas, a ese suspiro apenas audible, a ese entrecerrar de ojos mientras se contiene la respiración, me parece que ningún ólogo (ni siquiera el doctor House si de pronto dejara de ser personaje, ni muchísimo menos las anatomías de grey u hospitales centrales o periféricos), podrán dar una respuesta de por qué el ser humano es capaz de emocionarse, no sólo con lo grande, sino con lo chico.

Podríamos recurrir a respuestas religiosas, pero si no me gustan nada los, normalmente cuadriculados (en nombre de la ciencia), ólogos, menos aún escucharía a una estirpe de sacerdotes dogmáticos.

¿Dónde hallar pues la respuesta? No tiene por qué haberla, pero el ser humano además de emotivo es otra cosa: cabezón, cabezón como él solo, con lo cual, haya o no respuesta, yo, como buena representante de mi especie, voy a la caza y captura de una.

Y la tengo. Vaya que si la tengo. Literatura. Poesía sobre todo. Y dentro de este contexto y sólo en este contexto: Ángeles. Sí, sí, extrañado lector, tu vista es correcta. Ángeles, pero no en plan religioso (que quede claro). Más bien en un plan espiritual y con una buena dosis de ingrediente poético. Ángeles como los de la novela de Paulo Coelho; Ángeles de la Guarda o sus Valquirias (preciosa palabra), parientes de los Ángeles.

Ya lo he dicho, con algunos paisajes me ocurre, me emociono, no puedo evitarlo (ni quiero evitarlo), y a mi amiga le ocurrió con algo muy particular… le ocurrió con un techo. Sí, un techo. No me he equivocado de palabra.

Le ocurrió con un bellísimo techo, el artesonado de un edificio hermosísimo, edificio de la ciudad que ama.

Cuando tengas ante ti un paisaje o un artesonado y empieces a llorar sin saber el porqué, continúa llorando, riega con tus lágrimas la tierra, y alégrate mucho de que esto te suceda: eres afortunado, el ala de un ángel acaba de rozarte, en su vuelo sobre el mundo.




Artesonado de la planta superior de la Lonja De La Seda - Valencia




 Detalles:



 


Y un pequeño obsequio para esta amiga y para todos aquellos a quienes pueda gustar: si se imprime en papel especial puede ser un separador para libros, que he elaborado con algunas fotos que tomé en la Lonja:




(Quien desee apreciar los detalles de las imágenes de este blog puede ampliarlas pinchando sobre ellas, y una vez  ampliadas, con un nuevo toque de ratón se agrandan más).

martes, 23 de agosto de 2011

Córdoba Romana: Corduba

El esplendor de Córdoba en la Edad Media, especialmente en época del Califato Omeya, hace olvidar o al menos eclipsa el esplendor cordobés en la antigüedad, en Época Romana, fundamentalmente a partir del siglo I d.C, tiempo en que se produce una gran expansión urbanística y grandes obras monumentales bajo la protección del emperador Augusto. Al fin Córdoba, mejor dicho Corduba, es perdonada por haber formado parte en el siglo I a.C. del bando perdedor  en las guerras civiles entre César y Pompeyo. Augusto la confirma como colonia y eleva su rango al de Patricia, consolidándose como capital de la Hispania Ulterior y posteriormente como capital de la Bética. 


Según los hallazgos arqueológicos, los monumentos civiles y religiosos de Corduba son numerosos y de primer orden (comparables a los de Roma). Igualmente contaba con florecientes escuelas de las que salieron figuras como el filósofo Séneca (tutor y consejero de Nerón) y el poeta Lucano (sobrino de Séneca).

Con objeto de dar a conocer esta época de la ciudad, el Consorcio de Turismo de Córdoba organiza la RUTA DE LA CÓRDOBA ROMANA. Un agradable paseo por la ciudad en busca de testimonios y vestigios de Corduba. Grupos reducidos acompañados por un guía oficial, durante algo más de dos horas recorren calles y museos. Idiomas: español, francés e inglés. Precio muy asequible: 5 euros (sacando las entradas por internet: 4,5 euros). 

Todo un privilegio para viajeros y autóctonos el poder realizar este paseo por la historia. 

¿A alguien se le ocurre algo mejor para una mañana de domingo?

RUTA DE LA CÓRDOBA ROMANA
RECORRIDO

El punto de encuentro de paseantes y guía: junto a la caseta  de información turística frente al Alcázar; domingos a las 10 de la mañana (desde mediados de septiembre también sábados).  

Y aquí comienza la ruta en busca de Corduba. Y la encontraremos por todos los lugares: bajo, junto o integrada con el  resto de Córdobas, todas ellas hermosas y bellas.


1º) Alcázar de los Reyes Cristianos 



La que fue capilla del santo oficio y actual salón de celebración de bodas civiles, conferencias y otros eventos, adorna sus paredes con una gran colección de mosaicos romanos encontrados en la plaza de la Corredera, los que fueron suelos en casas de la nobleza de Corduba. 


  

Mosaico que representa a Polifemo y Galatea s.II d.C.



En los corredores del Alcázar se expone un lujoso sarcófago encontrado en un solar de la Huerta de San Rafael. En él se representa la puerta de entrada al más allá. En los laterales Pegaso que en su vuelo transporta las almas al otro mundo. 




2º)  Puente Romano


Puente sobre el Guadalquivir, el Betis romano, navegable en aquel tiempo, lo que convertía a Córdoba en un lugar estratégico. Formaba parte de la vía Augusta. Aun no siendo visible parte alguna del primitivo puente tras las varias reformas sufridas a través de los siglos, sigue siendo utilizada la misma ubicación dos mil años después. Actualmente los autobuses con turistas aparcan en la ribera de la Torre de la Calahorra. La idea es que todo aquel que visite Córdoba acceda a su casco histórico por el mismo camino que utilizaron todos los que a ella han llegado en los últimos dos milenios.

Entorno del Puente Romano: 



3º) Patio de los Naranjos 


Los miliarios. Son bloques de piedra que marcaban la distancia entre ciudades en las vías romanas. Sus inscripciones han sido fundamentales en el estudio de la red viaria de Roma. En el patio de los naranjos de la mezquita se conservan cuatro miliarios de la vía Augusta: de las épocas de Augusto, Tiberio, Calígula y Caracalla.



4º) Callejeando 

Encontramos numerosos vestigios de Corduba reutilizados en costrucciones posteriores. Un ejemplo: la columna con inscripciones publicitarias en la esquina del convento de la Encarnación.




5ª) El Museo Arqueológico

Cuenta con una importante colección de la época romana. Y no sólo eso: en los bajos del Museo un yacimiento arqueológico importantísimo: el Teatro de Corduba. Se ha recuperado un pequeña parte de la grada semicircular (la cavea). Las excavaciones continúan en un solar anexo. El Teatro fue el de mayor dimensión de toda Hispania. La cavea tuvo un radio de aproximadamente 125 m. y un graderío para unos 15.000 espectadores. Se accedía a través de un entramado de plazas en terrazas comunicadas entre sí. 

Afrodita Agachada, al fondo Estatua Togada

 
Máscaras Teatrales, s.I


Restos Cavea Teatro Romano:



6º) El templo de la calle Claudio Marcelo



Según la mayoría de los estudiosos, el Templo formaba parte del Foro Provincial junto a otros edificios públicos y el circo. El Templo era perfectamente visible para los visitantes que llegaban a la ciudad por la vía Augusta. Alcanzó más de 15 m. de altura y una planta de 32x16.

Maqueta del Templo:



7º) Mausoleos  de Puerta Gallegos, en el paseo de la Victoria


Enterramientos de familias nobles y pudientes que acostumbraban a enterrar a sus muertos en grandes monumentos situados en las principales vías de acceso a la ciudad. Dentro de uno de ellos el Centro de Interpretación del Mundo Funerario, con audiovisuales y paneles explicativos.




Y aquí terminó el paseo de dos horas y media que pudimos disfrutar el pasado domingo, día 21 de agosto: Ruta de la Córdoba Romana. Animo a otros para que lo hagan, a aquellos que por proximidad puedan optar a realizar este recorrido. Y si os encontráis en lugares lejanos, venid. Corduba y las diversas Córdobas os esperan. No os defraudarán.

Las fotos de la entrada fueron tomadas durante el paseo. Pinchad sobre ellas y podréis verlas ampliadas, incluso a pantalla completa, como todas las fotos de este blog.

Pero Corduba no termina aquí, para recorrer Corduba se necesitaría un paseo de bastantes más horas o incluso días, o varios paseos independientes entre sí. 

OTROS LUGARES DE CORDUBA NO INCLUIDOS EN LA RUTA:

El Anfiteatro: un enigma durante décadas, hasta que aparecieron sus restos en la parte trasera de la antigua Facultad de Veterinaria, hoy rectorado de la Universidad. Uno de los actuales retos de Córdoba es la recuperación, en la medida de lo posible, de este Anfiteatro y su apertura al público. El mayor de toda Hispania y uno de los más grandes de todo el imperio, con capacidad para unos 30.000 espectadores y 178 m. de eje mayor (sólo 9 menos que el Coliseo de Roma).

Palacio de Maximiano Hercúleo. El yacimiento de Cercadilla. Las dimensiones y originalidad del complejo palatino prueban la relevancia política de Córdoba en la etapa bajoimperial. Fue descubierto en 1991 cuando se realizaban las obras de la nueva estación de tren. Hasta entonces no se conocía en toda Hispania un edificio de estas características.

Composición a partir de dos fotos tomadas en el Museo Arqueológico:  

  
Y otros lugares, sólo citando: Tumba romana de la Puerta de Sevilla. Vía de acceso al anfiteatro en la calle Ximénez de Quesada. La muralla de Ronda de los Tejares. Acueducto en la Estación de Autobuses. Villa romana de Santa Rosa. Mausoleo del Palacio de la Merced. La casa romana del Bailío. Los Foros Públicos. Friso de la calle Junio Galión. El Circo (estuvo entre el Templo de la calle Claudio Marcelo y la plaza de la Corredera). Cantera de Peñatejada, a 3 km. de la capital. El Yacimiento de Ategua, en Santa Cruz, término municipal de Córdoba.

Y en la provincia: Villa romana del El Ruedo, en Almedinilla. Yacimiento arqueológico de la villa de Fuente Álamo en Puente Genil. Museo Arqueológico Municipal de Montoro. Cisternas y criptopórtico romano en Monturque. Museo Arqueológico de Cabra.   

Para terminar un vídeo del Consorcio de Turismo: una reconstrucción de Corduba.

 

 Enlace a la página de Turismo de Córdoba:

 

sábado, 20 de agosto de 2011

Paco Ibañez y José Agustín Goytisolo

José Agustín Goytisolo es uno de los poetas a los que Paco Ibañez pone música, convirtiendo en canciones sus poemas. De una de estas canciones dijo Paco Ibañez hace poco, en un concierto del pasado año: "La canción tal vez más subversiva de hoy en día es esa canción de José Agustín Goytisolo, tan inocente aparentemente, que se llama: Me lo decía mi abuelito, me lo decía mi papá."

A continuación, la voz y la música de Paco Ibañez, la del disco grabado en el mítico concierto de 1969 en el Olympia, el teatro de París que en los años sesenta se dio a conocer internacionalmente por las actuaciones de diversos músicos y por la excelente acústica que posibilitaba las grabaciones en directo.






martes, 16 de agosto de 2011

Interlaken, Suiza


La llegada a la zona de Interlaken se produjo en un día de julio increíblemente hermoso, azul intenso como los lagos, verde profundo y luminoso como los pastos y las montañas.

El mayor encanto de la ciudad de Interlaken es el entorno en el que está situada. Como su nombre indica, Interlaken (entre lagos), se encuentra entre dos grandes lagos, el Thun y el Brienz. En las riberas de ambos se salpican pueblos y aldeas, e Interlaken justo en el centro, atravesada por el río Aare que comunica los lagos. Dando cobijo a este panorama las majestuosas e imponentes montañas alpinas de esta zona de Suiza: el Oberland Bernés.

El siguiente día amaneció grisáceo, hermoso igualmente para las visitas proyectadas: la escalada por el valle del río Lüstchine, que kilómetros arriba se divide en dos brazos. Una vez en el cruce continuamos dirección Lauterbrunnen, llegando a nuestro destino, el Valle de las Cascadas.

Cercanas a la población se encuentran, en primer lugar, las Cascadas de Staubbach, cuyas aguas se precipitan por una pared de 300 m. Todo un paredón de roca por el que caen, a lo largo de un buen trayecto, diversas cascadas.

Algo más arriba se encuentran los Saltos o Cascadas del Trümmelbach, que no son visibles desde el exterior: literalmente hay que entrar al interior de la montaña, a la profunda garganta provocada por la erosión de las aguas, para ver la caída de los cinco saltos. Se llega a ellos a través de un ascensor de cremallera que te eleva por el interior de la montaña.

A partir de ahí, con impermeables e intentando proteger las cámaras del agua, se continúa a pie por las escaleras y corredores excavados en la roca. De vez en cuando hay barandillas de protección y miradores desde donde contemplar la feroz caída de las aguas, aguas del deshielo de las nieves del Jungfrau y otras montañas. El agua se precipita y cae en grandes hoyas, para continuar su descenso en nuevas caídas. La velocidad y el rugido del agua son imponentes. También la densidad, 20 metros cúbicos por segundo.





Puedo asegurar que ni las fotografías ni aun los vídeos tomados con sonido, reproducen ni en una mínima parte el espectáculo y la impresión que causan estos saltos de agua en el interior de la montaña. Tampoco lo imaginado con anterioridad a la visita se acercaba, ni por asomo, a lo percibido por los sentidos ante este espectáculo de la naturaleza. Este lugar no es un lugar para contarlo, ni para mostrarlo, es, más que otros, un lugar para vivirlo.

Salimos desde el interior de la montaña a la luz del día, empapados, silenciosos, con cierta dificultad a la hora de articular lo que no fueran monosílabos, tal vez, sintiendo que algo de nosotros mismos había sido arrastrado por el ímpetu salvaje de la aguas, era como si el sonido ensordecedor y el galope frenético del agua nos hubiera lavado, o nos hubiera mostrado, en las mismas entrañas de la tierra, nuestra pequeñez y lo absurdo de nuestros desvaríos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Annecy, Francia

Cuando te aproximas a un lugar con el que sueñas desde el día en que abriste un libro y viste su primera imagen vas con la respiración contenida, con cierto temor, temor a que te defraude y a la posterior sensación de vacío y desasosiego que deja el sueño frustrado o el sueño ilusorio.

Con Annecy no sucedió, al contrario, superó con creces las expectativas imaginadas.

La mires por donde la mires, Annecy no tiene desperdicio: un lago bajo el telón de los Alpes (Pre-Alpes), románticos canales en el río Thiou, y un casco viejo en torno al Palacio de l´Isle, que como la proa de un barco divide uno de los canales, dando la impresión y la apariencia de una pequeña Venecia. Edificios de los siglos XII a XVI. Coronando el conjunto, el castillo de los condes de Genevois-Nemours, ligados a la casa de Saboya.

Annecy, bellísima conjunción de naturaleza y huella humana.



Annecy pertenece al Departamento de Ródano-Alpes y es capital de la Alta Saboya.