Paseante en el viaje, viajero en el paseo. Con ojos abiertos se emprende el camino y los pasos se calzan con el fino velo de la ensoñación. Tu mirada particular como compañia: amplía esta senda con tus comentarios.
miércoles, 16 de enero de 2013
viernes, 4 de enero de 2013
Niños en la Arena
Segundos antes los niños no percibían
presencia alguna, aun a sabiendas de que la mirada de los padres no
andaba lejos, los hermanos creían encontrarse en una isla mágica cuyo
arenal les pertenecía y jugaban ensimismados dispuestos a construir
el castillo soñado, el que sin duda sería morada de princesas y héroes
valerosos. Pero, de pronto, su juego se detiene y ambos dirigen la
mirada hacia una figura cercana que parece encamina sus pasos hacia la
orilla. El niño, entre contrariado por la interrupción y sorprendido, la
observa con atención: ¿quién será la muchacha que avanza con paso
firme? Aunque está seguro de no conocerla, su rostro le resulta
familiar; tal vez la haya visto en algún lugar y no lo recuerda, piensa.
La niña, por el contrario, no está disgustada por el cese de su juego,
aunque sí algo sorprendida por aquella figura que se aproxima. La niña
ríe abiertamente, es feliz, muy feliz... nada más verla ha reconocido a
la muchacha… la alegría de la niña es inmensa, al poder contemplar a la
chica que, dentro de unos años, será.
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