martes, 14 de junio de 2011

Stonehenge, Mágico e Imponente









Llegas al imponente Stonehenge y no puedes evitar el mirar entre los monolitos de piedra esperando ver aparecer a Merlín. Deseas tenderte en el centro del círculo, sobre una losa fría, para que el gran mago de barba y túnica blanca te convierta en Ginebra, o en Lancelot, o en Arturo (según el gusto y aires de grandeza de cada cual). Sólo media hora, piensas, media hora en Camelot. Y otra media en la isla de Ávalon. Y cinco minutos -si Merlín fuese condescendiente-, observando el Santo Grial. Imaginas a los druidas con sus pócimas. Intuyes dragones buenos encendiendo con un suave soplido las hogueras en los atardeceres de solsticio. Crees ver duendecillos verdes y azules gnomos saltando, traviesos, jugando al escondite entre las gigantescas piedras. Abres los ojos que quedan redondos como balones o como luna llena. Sí, hay duendes, muchos, muchísimos, están por todas partes. Merlín no aparece pero hay infinidad de duendes de todos los colores y tamaños, más altos o más bajos, con gorro o sin él, pelirrojos,  morenos y rubios, -hasta calvos los hay-, delgados y gorditos, hablan desconocidas lenguas; duendes que bailotean sin parar, agrupados o solitarios, danzando lentos o rápidos. Merlín continúa sin aparecer, tampoco lo hace cualquier otro gran mago, primo hermano suyo,  de su misma talla y sangre celta, pero los duendes se multiplican a cada paso que das. Duendes, muchísimos duendes como tú lo eres, duendes cargados con cámaras de fotos, cámaras de vídeo, anteojos, mochilas, libros, folletos y demás parafernalia del viajero.
 







Algunos datos: Stonehenge es un monumento megalítico de la Edad de Bronce situado a trece kilómetros de Salisbury. Se cree era un observatorio astronómico, un templo dedicado a los movimientos del Sol y de la Luna. En el solsticio de verano, el Sol sale justo atravesando el eje de la construcción; la "piedra de altar" y la "piedra talón" se alinean para mostrar el punto de salida. El mismo día, el Sol se oculta atravesando el eje del Woodhenge. Se han encontrado un gran número de huesos de animales y objetos que evidencian que se celebraban rituales y grandes fiestas, probablemente al anochecer. Igualmente, marca las salidas y puestas de Luna durante los solsticios de invierno.








Quedan 17 de las 30 enormes piedras que formaban el círculo externo. Cada una de ellas pesa 50 toneladas.  Los investigadores estiman que equipos de hasta 600 hombres arrastraron estas piedras a través de escarpados terrenos desde Marlborough Downs, a 32 Km. de distancia.






En verdad, Stonehenge es imponente y mágico.






Fotos tomadas en abril de 2010

2 comentarios:

  1. Impresionante. Estoy deseando pasar algún que otro solsticio de verano allí, como lo hacen cantidad de "colgaos" (yo me apuntaría).

    Y, como suele pasar con las cuestiones de este tamaño, ha dado mucho que hablar en la Ciencia. Aún no se ponen de acuerdo.

    Saludos.

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  2. Yo estuve en abril, y me habría gustado que hubiera sido por estas fechas, dentro de unos días, para el solsticio; aunque imagino que habrá tal gentío de "duendecillos" que será difícil ver la salida del sol entre las piedras.

    Como dices la ciencia no lo tiene claro, empezando de dónde y cómo trajeron las piedras.

    Ese aura enigmática lo hace aún más fascinante.

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