Cuando te aproximas a un lugar con el que sueñas desde el día en que abriste un libro y viste su primera imagen vas con la respiración contenida, con cierto temor, temor a que te defraude y a la posterior sensación de vacío y desasosiego que deja el sueño frustrado o el sueño ilusorio.
Con Annecy no sucedió, al contrario, superó con creces las expectativas imaginadas.
La mires por donde la mires, Annecy no tiene desperdicio: un lago bajo el telón de los Alpes (Pre-Alpes), románticos canales en el río Thiou, y un casco viejo en torno al Palacio de l´Isle, que como la proa de un barco divide uno de los canales, dando la impresión y la apariencia de una pequeña Venecia. Edificios de los siglos XII a XVI. Coronando el conjunto, el castillo de los condes de Genevois-Nemours, ligados a la casa de Saboya.
Annecy, bellísima conjunción de naturaleza y huella humana.
Annecy pertenece al Departamento de Ródano-Alpes y es capital de la Alta Saboya.
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